Corregir los errores ortográficos y de puntuación.
Ajustar la ortografía a las normas de la RAE, como el uso de mayúsculas, tildes, formación de abreviaturas, y escritura de cifras, magnitudes y sus símbolos, entre otros aspectos.
Aplicar recursos tipográficos: cursivas, comillas, negritas, versalitas, numeración, etc.
Unificar criterios en aquellas cuestiones no sujetas a normativa.